Y hoy, queridas, nos toca dar la bienvenida al otoño, estación tan deseada para algunas y tan cuesta arriba para otras. Lo confieso, yo soy de las segundas: este cambio me cuesta mucho, muchísimo. Pasar de estar todo el día en bañador, con vestidos ligeros y sandalias a los pantalones, jerséis y prendas más gruesas me resulta complicado y poco apetecible.
Pero si soy justa también es cierto que la paleta de colores que se presenta en esta temporada me encanta. Los beige, gris y burdeos son un básico en mi armario a partir de septiembre-octubre. Por supuesto el negro también, que hace unos días cuando en Instagram lancé la encuesta de qué color es vuestro favorito para vestir salió ganador por goleada el negro. Y os entiendo, a mi también me encanta.
El cambio de estación y, por extensión, de armario es muy drástico y más en el norte que el famoso entretiempo dura muy poco. Pasamos de vestido a gabardina en cuestión de horas, de colores alegres a grises en minutos y de prendas ligeras a gruesas en segundos. Ya no podemos contemplar salir a la calle sin una chaqueta o incluso cazadora.
Me cuesta despedirme de las sandalias, de los bañadores y de las prendas ligeras pero también es cierto que, al igual que la paleta, la calidez de las prendas que ya están luciendo en la boutique me encanta. Los jerséis con detalles, las camisas, los vestidos con cuerpo…
Quiero augurar una buena temporada de otoño-invierno en la que la tendencia más marcada va a ser el estampo floral. ¿Estáis preparadas? Aquí os dejo un adelanto de la nueva temporada otoño-invierno de la tienda.