Por fin os traigo el post que os prometí y que tantos estáis esperando de mi viaje a Cuba.
Tengo 31 años y muchas veces me aborda la sensación de que soy una persona que no ha viajado mucho. Sin embargo, si me paro a pensar las ciudades y países que conozco no resultan pocos y esto me hace tan, tan feliz. A este 2019 tan solo le he pedido una cosa: viajar.
Viajar me hace sentir libre, me llena, me evade y me aporta cosas maravillosas. Me gusta caminar por lugares que no conozco y observar a las personas que hay en el mundo, sus costumbres, su manera de vivir…Me gustan las nuevas experiencias pero sobre todo viajar me enriquece como persona y lo hace de una manera inexplicable.
Os voy hablar de mi último viaje: Cuba. El país que me ha cautivado y me ha hecho sentirme libre. Estuvimos doce días: cinco en La Habana y seis en Varadero.
Tras una hora de viaje en autobús de Donostia a Bilbo, una hora y cuarto en avión Bilbo-Madrid, cinco horas de espera en el aeropuerto de Adolfo Suarez y diez horas de vuelo, por fin llegamos al aeropuerto de Jose Martí en La Habana.
Bajo del avión nerviosa, inquieta y comienza el caos, para nosotros, la tranquilidad para ellos.
Sí es cierto, aquello es otro mundo y su vida es totalmente diferente a la nuestra así que decido relajarme y disfrutar de las colas y de la tranquilidad de los trabajadores… Señores! Estaba en Cuba y eso ya me hacía inmensamente feliz.
Tenía claro que quería conocer La Habana sin prisa, disfrutando de cada minuto, de cada rincón, de ellos, de sus vivencias y por ello estuvimos los cinco días allí y tuvimos muy claro que queríamos hospedarnos en el centro de La Habana Vieja.
El elegido fue Hotel Raquel **** el cual fue construido para oficinas, almacén y depósito de tejidos, es un edificio de tres plantas con fachada barroca y con interior de estilo Art Nouveau y en 1912 se consolida como casa importadora de tejidos.
Nos gustó muchísimo el hotel y estuvimos muy a gusto allí pero si es cierto, que en la habitación había humedad y que en la bañera el agua caía sin presión. Para que os hagáis una idea me tenía que lavar la cabeza en el lavabo. No nos importaron estos detalles, estábamos en La Habana 😉
Es cierto, que cuando vuelva iré a una casa particular. Son casas preparadas para los turistas y nos contaron que esas familias te tratan de maravilla y que durante la estancia en sus casas hacen que te sientas como en tú casa. Yo lo tengo claro, y os animo que si tenéis pensado viajar a Cuba elijáis esta opción. Hay una aplicación, Conoce Cuba, que te aconseja a que casas acudir y entendí que también lo puedes hacer mediante Airbnb. No quiero entrar en temas políticos, sin embargo me gustaría que supierais que yendo a casas particulares ayudamos a esas familias porque ese dinero sería integro para los ellos.
Os voy a dejar una lista de todos los lugares que visité en La Habana. No voy a entrar a describir cada lugar, entrar en detalle y/o lo que yo viví allí porque considero que eso es algo que le pertenece al viajero y que no debo desvelar. Fui con la información justa y necesaria. No quería que las personas que me decían que me iba a encantar entrasen en detalles, lo quería descubrir con mis propios ojos.
Una de las mañanas visitamos el municipio de Regla, uno de los 4 municipios afectados por el tornado. Llevamos todo lo que pudimos: ropa, productos de higiene, globos, chicles… Vimos familias sin casa, casas sin techo, destruidas… Sin embargo, en las calles continuaba el buen ambiente, las sonrisas, la música, los bailes… Ellos seguían regalándonos lo más apreciado que tienen, su alegría y su gran corazón.
Hay lugares que se quedan guardados en la retina y hay personas que te roban un pedazo del corazón para siempre. Él es Jesús David, el niño que me ha robado un trocito de mi. Tuve el placer de estar toda la mañana con él y no fue fácil despedirnos. «Sandra, me quiero ir contigo.» Recuerdo este momento y no puedo evitar emocionarme: pequeño David, volveré y les escribiré a tus papás para verte y llevarte una camiseta de futbol.
El último día hicimos una excursión a Viñales con Travelplan. Estuvimos en el mirador del valle, visitamos una de las fábricas de tabaco y después fuimos al campo a ver las plantaciones y como lo trabajaban. Muy interesante. Los que seguís mi perfil en Instagram pudisteis ver mi primera vez con un puro entre las manos 🙂
Lugares a visitar en La Habana:
.- Callejón Hamell: este callejón de apenas 200 menos, en el centro de La Habana, hay que visitarlo el domingo a partir de media mañana. Es una fiesta donde se juntan los afrocubanos. Nos dejaron con la boca abierta.
.-Plaza de la revolución: una de las plazas mas grandes del mundo. Aquí se encuentra el monumento José Martí y mural del Che Guevara.
.- Plaza de Armas: en esta plaza está el momumento histórico “El Templete” y “ La Guiraldilla”, uno de los símbolos de La Habana.
.-Farmacia Taquechel: las dos veces que nos acercamos a verla nos la encontramos cerrada pero merecerá la pena entrar y verla, es tan antigua.
.-Heladería Coppelia: está en el barrio Vedado. Cuando fuimos había unas colas increíbles pero al ser turistas no las tuvimos que hacer. Increíble pero cierto. Ahora bien, volveré a La Habana pero dudo que vuelva allí. Es el helado más corriente y triste que me he comido en mi vida. Es que ni el sitio merecía la pena.
.-Calle mercaderes y calle obispos: con muchísimo encanto y las más concurridas por los turistas.
.-La bodeguita del medio: dicen que si no vienes aquí y te tomas un mojito es que no has estado en La Habana.
.- La Floridita: y aquí el daiquiri. El mejor que he probado nunca. Me encantó el ambiente de este bar.
.-La fortaleza: Actualmente la fortaleza es un museo en él que se exponen documentos y testimonios del Che y todos los días a las 21.00 hay un festejo que no os voy a descubrir aquí.
.-Barrio El Vedado.
.-Plaza vieja:
.-Plaza San Francisco.
.- Plaza de la catedral.
.-Gran teatro.
.- Capitolio.
.- Boulevard de San Rafael.
.-La embajada.
.-El cementerio.
.-Farmacia Taquechel.
.-El malecón: “Hasta que se seque el malecón…”
.-Paseo del prado: Es un paso bonito y aquí Chanel realizo uno de sus desfiles.
Tras los cinco días en La Habana viajamos a Varadero. Tendríamos seis días de absoluta tranquilidad y relax en el Hotel Melia Las Américas. Un amplio resort con muy buenas instalaciones… ¡Una maravilla! Una de las tardes paseamos por las calles de Varadero, compramos un montón de souvenirs en la feria de artesanía, tomamos piña colada, cogimos un coco taxi…
Os recomiendo que lleves todas las cosas que vosotros ya no utilicéis (ropa,calzado,toallas…) medicamentos, productos de higiene. Todo lo que donéis allí será de mucha utilidad para ellos.
Cualquier duda que tengáis estaré encantada de ayudaros en que pueda. Podéis poneros en contacto conmigo a través de mis redes sociales.
No quiero cerrar este post sin antes decirle a mi compañera de viaje que ha sido un placer recorrer de su mano cada rincón de La Habana, que sin ella este viaje no hubiera sido el mismo y que volveremos juntas a recorrer las calles que tanto nos ha dado. Te quiero y te admiro, hoy y siempre, AMA.